martes, 31 de marzo de 2009

London Calling

Sólo conozco una cosa que me hace sonerir en las aciagas noches de desidia. Zombies. No importa por qué, cómo o para qué aparecieron (aunque sea digno de mentar el hecho de que son los únicos seres ¿vivos? que se deshacen de nuestras suegras). Son una divertida antítesis de nosotros mismos que no dejan de recordarnos lo frágiles que somos al morir (por segunda vez) o explotar de mil maneras.

Quizás fue esto lo que pensó Simon Pegg cuando decidió escribir Shaun of the Dead (Zombies Party). Esta comedia romántica tiene lugar una mañana de domingo cualquiera en Londres. A Shaun le deja su novia, su compañero de piso está furioso con él, su trabajo es una mierda y, cosas de la vida, a los muertos les da por resucitar. Aparte de todo esto, Shaun debe lidiar con su padrastro Phil, al que odia, y su madre, la cual, dada la situación, no se entera ni del NoDo.



¿Dónde habré puesto las llaves?

El pobre Shaun deberá reordenar su vida, reconquistar a su novia, dejar de fumar y comprarle flores a su madre. Y todo en el mismo día, ahí es nada.

La película tiene un tinte cómico del que es difícil desprenderse. Es dura, el gore y la casquería en general abunda y, lo que es aún mejor, nos sirve como guía vital en el no muy hipotético caso de que los zombies nos pongan en nuestro sitio de una vez por todas. Y con todo y con eso, no podemos evitar reírnos durante todo el filme, especialmente con el desmembramiento multitudinario de David y el ataque al grupo de zombis por parte de su novia con una de las piernas amputadas. Impagable.

En lo que a localizaciones se refiere, en Shaun of the Dead se muestra una imagen poco convencional de Londres. Los emblemáticos puentes de Londres, Parlamento, Torre de Londres, Piccadilly Circus y demás, dejan paso a barrios residenciales que, lejos de parecer anodinos, servirán de perfecto escenario para esta historia terroríficamente divertida.

Como joya de la corona, está el Winchester. El bar amigo, club social, refugio para noches alegres, tristes y noches de estados de ánimos ambiguos o trastornados. En la realidad, el pub se encuentra situado en Monson Road, Londres y su nombre real es "The Duke of Albany".


¡¡Última ronda!!

Quizás no sea el mejor ejemplo para utilizarlo como excusa y escaparse a Londres, pero sí que es una gran película que deberíamos guardar en nuestra mesita de noche, junto a los Tranquimazines y la escopeta. Que el aburrimiento llega sin avisar.

2 comentarios:

  1. ¡Original sí que es!

    El Blog Empresarial

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  2. Y lo que nos queda por mostrar...

    Apretémonos el cinturón que vienen curvas.

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